Desde que te conocí sentí que nuestro amor es de escándalo, que aquellas primeras palabras que nos cruzamos aun sin conocernos no eran en vano y que me encontraba ante una mujer valiente y arriesgada como tú te definiste, y fueron esas dos palabras dichas con total sinceridad y confianza las que despertaron mi interés por ti, esas dos palabras significaban que si llegábamos a amarnos, si me enamorabas como te pedí y así hiciste, nuestro amor no tendría fronteras ni muros edificados que pudieran estorbar. Fue cuando sentí ese sentimiento nuevo para mí, ese sentimiento llamado amor que desee que fuera de mente abierta, innovadora, creadora, deslumbrante y muy satisfactoria. Que con la fuerza del amor juntos superaríamos cualquier dificultad porque la alianza es muy robusta y casi indestructible. Que tendríamos altibajos como cada relación, pero que serian insignificantes, que el orgullo sabría cuándo debe callar. Que nos complementaríamos casi a la perfección, sabiendo cuidarnos. Que viviría en nosotros una paz infinita, nos comprenderíamos y nos sabríamos llevar. Que la comunicación fluiría, no habría discusiones violentas entre los dos. Que la paciencia sería nuestro escudo, las caricias nuestra defensa, la sabiduría nuestra divisa y una plena felicidad nuestro lema. Que nuestro amor sería maduro. Que nuestra confianza sería tal que cuando conversáramos diríamos todo lo que se nos pasara por la imaginación, como si uno hablase consigo mismo. No sentiríamos vergüenza ni pudor, nos entregaríamos a grandes rasgos, porque somos uno.
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