La pasión nace en el corazón. Tener pasión es el resultado de pasar de decidir solo con la mente para también hacerlo con el corazón. La mente puede estar mal acostumbrada por las mentiras, los juegos y las apariencias, llegando a ser fría y calculadora, egoísta y orgullosa, como también puede ser miedosa y dubitativa. En cambio el corazón sabe lo que es el amor y lo que no lo es. Cuando el corazón ama y se siente amado, sabe que es libre y goza de paz, es alegre y siente seguridad, sueña y construye, late con pasión. Cuando el corazón está inconforme por incoherencias y engaños, grita llamando la atención creando un vacio. El corazón se sana, recupera y alimenta con decisiones basadas en fe, esperanza y amor. Un corazón decidido es un corazón apasionado. Un corazón decidido crea su propio destino por encima de todo, encuentra soluciones sin excusas ni pretextos, nunca dice no puedo, vive ante los ojos de Dios y nadie más. Tomar decisiones con el corazón es tomar buenas decisiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario