Nunca fuimos amantes como las gentes pudieran pensar, nuestras almas se encontraron sin que nada ni nadie lo tuviera premeditado, fue el destino, sin provocaciones, fueron nuestros corazones atrevidos y osados atreviéndose a amar, sin pedirnos permiso comenzamos a vivir este amor bohemio, como lo hacen pocos, así, como locos, sintiendo cada punto, cada coma, cada letra hasta el final, los dos ansiábamos algún día encontrar el amor verdadero, amar y sentirnos amados por la misma persona a la que amamos, no pensamos en las consecuencias, tan solo en los momentos, esos que cada vez que se repiten a pesar de adversidades y problemas los disfrutamos porque nos amamos y eso nos da felicidad.
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