Hoy me siento impregnado en el desconsuelo, no dejo de decirme cada día que este es el último intento para salvar lo nuestro, para alcanzar la felicidad que ya cuelga de un frágil hilo, quisiera escapar de esta pesadilla que es la razón diciéndome que nunca estaremos juntos, incontables veces he probado hacerte entender que el tiempo pasa y que no veo ni siento que hagas ni tan solo el intento de seguir algunos de mis consejos, pero la realidad es mucho más veloz que mi designio y entonces vuelve a caer en la trampa de que te amo incondicionalmente pero tú a mí no. Quiero combatir este delirio, alcanzar quietud, batallar esta guerra mental, pero poco a poco consigues hundirme más y más en la tristeza y la soledad. Se me funden ya los escasos sueños para salir adelante, difícil encontrar solución cuando tú no quieres hacer nada y así entre suspiros y sollozos pierdo el control y caigo en el abismo de la desilusión que a ti te molestas y me lanzas toda tu ira. Sólo quiero liberarme de la amargura, deshacerme del abatimiento, destruir la pesadumbre y esforzarme por el deseado amor que se va desvaneciendo, la ansiada estabilidad emocional y el anhelado equilibrio que me daría saber que tu estas realmente por la labor de salvar lo nuestro. Merezco encontrar la paz, estoy confuso y enredado, pero debo hallar la manera de sosegar mi alma que está en tus manos, para entonces descubrir lo que para mi seria la buena suerte que en verdad me amaras como tanto dices, he hicieras lo que debes hacer para estar juntos, es entonces cuando alcanzaría la armonía en mi pecho, las sombras y la fatalidad se desvanecerían y comenzaría una nueva era en la que nos amaríamos sin secretos ni mentiras.
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