Aquí estoy un soñador, quizás un ingenuo, pero aun creo en la fuerza de este amor que un día hizo que nos encontráramos, esperando que cuando hoy cruce el umbral de nuestro hogar, ese que creamos para nosotros, sin grandes lujos pero si lleno del mayor de los dones que te puede regalar la vida, el amor, de nuevo se entregue a mis brazos, apartando todo aquello que no tenga que ver con nosotros dos, aunque sea por unas pocas horas. O tal vez sea el momento de guardar nuestro amor para el futuro, cuando un día nuestras luces coincidan, donde no hayan más sombras entre nosotros, donde sus noches se acerquen a las mías, donde mis días amanezcan en sus días. Guardar este amor para después, para algún día, quizás podamos amarnos todavía.
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