Tu problema fue correr a Amar mis flores, sin primero conocer y aceptar mis raíces, y olvidar que habría espinas, y cuando vino el otoño, menospreciaste la belleza de mis flores, y la dulce fragancia de su aroma, pues te enfocaste en las espinas y le diste más importancia a mis raíces, preferiste correr a oler otras flores, comprobándome con ello, que pocos se quedan a recoger el desastre que dejó un mal otoño, el amor verdadero sale adelante reconstruyendo, perdonando, aceptando, respetando, entregando todo. Tu problema fue olvidar que quien ama a un hombre jamás lo despoja de su dignidad, y en cambio lo respeta, lo valora y le da su lugar.
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